Coplas

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Desde aquí te estoy mirando
por debajo del arbolito
pareces chivo temblando
salido de ese barrito


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Cuando bajaba por leña
allá por la quebradita
tú te hacías el rey
y yo la niña bonita


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Cásate con una campesina
y no con una citadina
pues se han olvidado de todo
hasta de la bendita ruana


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No llores por nada en el mundo
ni llores por mí tampoco
canta por esa niña bonita
que viene de Somondoco


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Cómo estoy de contento
al ver el amanecer
pues corro tras las gallinas
y tras el gallo también


Alejandrina Sánchez Cárdenas

De cuando nuestros padres decían que la cigüeña traía los niños


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Ellos, nuestros padres, nos decían que los niños los traía la cigüeña, quienes solían dejarlos entre las matas de chisgua o fique. Cuando no eran las cigüeñas, ese lugar era ocupado por las viejitas que en los paseos por el monte los encontraban. Como yo creía en todo esto que me contaban, en una ocasión le salí al encuentro a una mujer bastante vieja de mi vereda que pasaba frente a la casa. Le dije que por favor le regalara una niña a mi mamá porque ya teníamos muchos niños. Ella sonrió y me dijo que eso haría. En efecto, a los pocos meses esta señora apareció en la casa y luego, como si en efecto se la hubiera regalado, nació mi hermana. Yo, en serio, creía que había sido así, y por eso es que decía que mi hermanita había sido un regalo de la viejita. 

 Alejandrina Sánchez Cárdenas

Una tarde de tormenta en mi escuela


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Cuando yo estaba en segundo de primaria estábamos todos los alumnos reunidos en el salón de clase, cuando sin aviso alguno empezó a caer una fuerte tormenta con rayos y truenos. Ahí fue que un rayo cayó tan cerca que el terrible estruendo hizo que yo cayera de mi silla. Al principio imaginé que todos mis otros compañeros también habían caído al piso por culpa del rayo, pero no fue así. La única que cayó fui yo, y no contenta con eso lo que hice después fue levantarme gritando por mi mamá una y otra vez. La profesora fue hasta mí y me abrazó.

Alejandrina Sánchez Cárdenas