Cuando yo estaba en segundo de primaria estábamos todos los alumnos reunidos en el salón de clase, cuando sin aviso alguno empezó a caer una fuerte tormenta con rayos y truenos. Ahí fue que un rayo cayó tan cerca que el terrible estruendo hizo que yo cayera de mi silla. Al principio imaginé que todos mis otros compañeros también habían caído al piso por culpa del rayo, pero no fue así. La única que cayó fui yo, y no contenta con eso lo que hice después fue levantarme gritando por mi mamá una y otra vez. La profesora fue hasta mí y me abrazó.
Alejandrina Sánchez Cárdenas
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