Santa Rosalía, por Don Isidro

Su hermano trabajaba con Álvaro Gómez, quién habitaba en el páramo. Este envió al hermano de Isidro junto con su hijo mayor, Luis Gómez, a llevar una bestia hasta otra finca. Subiendo una loma oyeron en una cañada un fuerte sonido provocado por un Chuscal que se arremolinaba en sí mismo y se doblaba, pero sin partirse. Las bestias huyeron asustadas. Luis y el hermano de Isidro no vieron nada aparte del incomprensible movimiento del Chuscal y el fuerte sonido que producía, lo cual hizo que uno de los dos terminara trepado en el otro por causa del pánico. La bestia que había huido fue encontrada al otro lado de la loma, cerca de un claro, rechinando de temor.